Diciembre- 3

¡Mamita! ¡No sabes lo que pasó ayer! Ya estaba yo pensando en como festejar a mi abuelita, pero me ganaron. Qué crees que cuando llegamos a abrir el puesto todos en el mercado se pusieron a cantarle las mañanitas. Cómo era sábado, pues yo también estaba. Parecía un canto como venido del cielo. Así como lo oyes. ¡Todos le cantaron, hasta el agua fiestas de Don Genaro! Tanto que nos regaña cuando jugamos con los cuates por los pasillos, pues ahora andaba hasta simpático. Me parece que le gusta la abuelita, hasta le llevó un ramo de flores, unas rosas, bien rojas, de las de su puesto, de las más caras. Las rosas rojas son las del amor, ¿qué no? Y la abue que se sonroja toditita cuando las recibió. Sí, ya sé que vas a decir que el abuelo Leandro se murió hace no tanto, pero ya son casi dos años ma, y la abuelita está bien solita…Con mi tío Manuel y tú del otro lado, pues solo me tiene a mí. Yo trato de hacerle compañía lo más que puedo, pero bueno, yo también tengo a mis amigos, y a Lolita. No te vayas a enojar conmigo, pero ya le di un beso el otro día. Pero sin querer… Te conté que me le declaré y dijo que lo pensaría; pues el otro día que estábamos jugando al bote pateado, que viene y se esconde ahí donde yo estaba, se me arrejunta y me planta un beso en la boca, así directo, sin más ni más. Yo me quedé de a cuatro, ni me dio tiempo de pensar si me había gustado o no su beso. Cuando quise decir algo ya se había ido. Y ahora ya le dijo a todos que somos novios. Ni sé ni que hacer cuando la veo. En el recreo la miro así, de lejos, pero me pongo rete nervioso. Necesito que me aconsejes que hacer, no la quiero regar porque de verdad me gusta… Mi abue dice que las jóvenes de ahora son muy modernas para ella, por eso te pregunto a ti.

Ya de tanto platicarte de otras cosas se me fue lo principal. Pues te decía que todos le cantaron a mi abuelita, y le llevaron mole y a la hora de la comida acabamos todos de fiesta. Hasta pusieron música, unas norteñas buenísimas y empezó el bailongo. ¡Y qué mi abue baila con Don Genaro! Y todos aplaude y aplaude, como si fueran estrellas de cine.

¡Fue una sorpresa ahora si que maxi sorpresa! Ni ella ni yo nos lo esperábamos, estuvo rete bonito. Aquí te mando la foto del nacimiento que te prometí, ya me cuentas que te parece, ¡a mí me encantó!…y dime qué hacer con Lolita… el próximo sábado es la posada y no sé como decirle que venga conmigo… Ya casi me sé de memoria mi papel de la pastorela, en cuanto termine la pachanga vengo corriendo y te cuento TODO, te lo prometo. Qué pases un buen domingo en el parque y no dejes de contarme de los quince años de la vecina, eran ayer, ¿qué no? Te quiero mamita.

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 Qué raro…primera vez que me despierto antes de que suene la alarma, ¡y medio descansada! No, pero no puede ser, ¿estará bien la hora?…¡si son casi las siete! Dios de mi vida, ya tenía que estar en el trabajo, ¡la señora Laura me va a matar! ¡Eso me pasa por irme de fiesta hasta tan tarde, y eso que según yo ayer ya me había recuperado! ¿Dónde diablos dejé mi teléfono? Claro, está ahí debajo de la cama y sin batería…El cargador, rápido. Ya, préndete cosa, qué no ves que tengo prisa, madre mía, cómo se tarda esta porquería. Ya.

-Señora Laura, soy yo, Rosario. Discúlpeme señora, tuve un problema y se me hizo muy tarde, pero ya voy para allá….Sí, lo sé, de verdad lo siento señora…En dos horas más o menos…¿si puede dejar a Marianita en casa de la vecina de al lado? Muy bien señora, yo paso ahí por ella…tengo mis llaves…Sí, la espero a que usted regrese…¿noticias?…bueno muy bien, ya me dirá usted esta tarde….sí señora, buen día, hasta luego.

¡Noticias! Escuché bien, eso dijo, que me tiene noticias. ¡¿Cómo me dice que me tiene noticias y luego no me dice qué noticias?! Ok. Me apuro, ya ni me baño, me doy una manita de gato y ya. Los pantalones de ayer, pero me cambio la blusa que ya apesta. Tengo que ir a lavar ropa, ya tengo mucha…ya ni café me tomo, me lo tomo allá. Mi bolsa, ¿en dónde la dejé? No, pero ni que tuviera una casota, si apenas entra la cama en esta miniatura, ahí está, sobre la silla. Tengo todo…¡Qué frío hace! Nada que ver con San Benito, con el calorcito todo el año, aquí me congelo…y eso que dice Manuel que allá donde el vivió, ¿cómo es que se llama? sí que hace frío; pues yo con este clima me basta y me sobra. Mi tamal, paso volando.

-¡Doña Luzma, ¡buenos días!, ¿Cómo ve?, ¡se me pegaron las sábanas! Déme uno rápidito, el que le salga primero.

-Primera vez que te veo tan tarde, mi niña, ahora si vas a ver lo que es subirte al autobús y al BART con harta gente…Ten, corre mi niña, luego hacemos cuentas.

-¡Ya le debo como cinco Doñita! ¡Buen día y muchas gracias!

¡Qué calientito está el tamalito! Bueno, y ese Pepe ayer ya no sé si reír o llorar. Chamaco este, trece años recién cumplidos y ya quiere andar de novia…¿Qué es esto? Yo que estoy acostumbrada a que haya siempre lugar para sentarse en el autobús; esto sí se parece a los microbuses de la ciudad de México, qué cosa, ¿de dónde me agarro ahora? Ahora si que así son estos jóvenes de ahora, crecen bien rápido. Muévete viejo gordo, no me dejas respirar…y esa de allá que trae puesto…con el frío que hace afuera, parece que va al carnaval, no pero de veras… Y yo hasta acá, tan lejos, sin poder verlo volverse hombrecito. Espero que la señora Laura me tenga buenas noticias. ¿Y si no me quiso decir porque son malas? No, mejor ya ni pienso. Y mi mamá ligando con ese Don Genaro. ¡Eso si está para morirse de risa! Quién la viera, tan pegadita a mi papá que siempre estaba. Pero se lo merece. Si Don Genaro le puede hacer compañía, pues que la tome, así tendrá quien le ayude, también con el puesto. Es demasiado trabajo para ella solita. Aquí me bajo, por suerte que el tren sale cada media hora. Voy a llegar casi a las nueve y media…y mira que yo sé lo que es estar sola. Pero de ahí a querer un hombre en mi vida…eso es otro cantar. Quedé ahora si como dicen curada de espantos. Quiero a mi Pepe conmigo y luego ya veremos…aunque ese amigo de Manuel no está nada mal, y cómo me mira… si ayer en la fiesta de la María Inés bien que lo vi echándome ojitos varias veces, y hasta cuando bailé con Don Pancho ahí disque como que no quiere la cosa pasaba rete cerquita de nosotros… No, si sí me gustaría darme aunque sea un acostón, no lo niego, pero no, luego soy bien enamoradiza y no quiero acabar mal…y menos sufrir. Ya no. Divertirme un ratito, eso si, pero ya veremos…Uy también aquí está de miedo el atascamiento de gente, no, qué bueno que yo siempre salgo tempranito, esto todos los días sería un horror. ¿Qué dicen esos de allá? No entiendo nadita de nada. Esto de no comprender lo que dicen algunas gentes no pensé que sería tan raro, es como ver una película salida de otro planeta. Hay personas aquí que se visten y hablan como extraterrestres. Te dan ganas de carcajearte cuando los oyes…No puedo creer que aunque me desperté tarde sigo con sueño…¿Qué serán las noticias? Diosito haz que sea algo bueno…Ya casi llego…

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3 comentarios en “Diciembre- 3”

  1. Qué cosas.Aveces en la vida no solo se nos pegan las sábanas, si no también que nos suceden cosas que nos dejan perplejos, nos encontramos con obstáculos, que solo podemos superar con una actitud positiva.

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